Cuatro prácticas para transitar cambios drásticos

Durante mi período de reset, una de las importantes cosas que estuve haciendo fue sentir y aprender a familiarizarme con las complejidades de la adaptación que como pareja experimentas cuando te estrenas en el rol de ser padre.

No tener tanta paciencia o ser extremamente intolerable con cosas aparentemente simples, puede despertar toda serie de intercambios estresantes en un momento que se supone “sólo debería estar lleno de felicidad y alegría”

Elegir escribir sobre esto, es como desnudar un poco de mi, ¿pero sabes qué?, sé que no soy la única que ha pasado o pasará por experiencias de vida como éstas. Muchas parejas pasan por esta transición acumulando sentimientos de frustración, culpa o resentimiento, pero por sobre todo, a veces sintiéndonos inadecuados o asumiendo que “hay algo mal en nosotros”.

Tomar decisiones sobre la alimentación del bebé, horarios, cuidados de higiene, entre otros, trae a la pareja el inevitable encuentro para cada uno con sus propias creencias, aspiraciones y expectativas sobre la maternidad/paternidad.

Cultivar relaciones de pareja en las que hay el compromiso de evolucionar y crecer, es el mejor laboratorio para poner a prueba nuestra capacidad de comunicación y escucha.

No se trata de que un bebé cambia la vida (echémosle la culpa al bebé…. aunque ciertamente influye mucho), se trata de cómo el tomar responsabilidad por una nueva vida, cambia tus intereses, pero por sobre todo, como puede cambiar lo que crees sobre ti y sobre cómo vivir.

Así como convertirte en padre es un llamado a hacernos cargo de cómo queremos vivir, y qué queremos compartir con otros……. hay numerosas experiencias de cambio drástico de vida que pueden tocarnos y tal vez provocar el mismo efecto.

  • Perder un ser querido.
  • La ruptura de una importante relación o un matrimonio.
  • La quiebra de mi negocio.
  • La enfermedad de un hijo o familiar.
  • La mudanza a un nuevo país.
  • El aprender un nuevo idioma y vivir en una cultura muy distinta.
  • Agotamiento extremo que termina en estrés crónico.

Todas son experiencias que en potencia pueden desatar una crisis personal y si la vives en compañía una crisis de pareja.

Vivir en pareja, es una forma de auto-descubrimiento y exploración continua. Aceptar quién es el otro a tu lado con todo lo que trae, es un acto de elegir diariamente querer estar, y elegir dar lo que tienes para crear la relación que mejor nutra los deseos y ambiciones de ambos.

Mantenernos en sintonía con nuestras propias creencias, aspiraciones y expectativas es un camino que conduce al continuo auto-descubrimiento.

Aportar y alimentar tus relaciones desde tus auténticos valores para mi asegura relaciones duraderas. Si tus valores más íntimos e importantes están siendo ignorados por ti mismo, o irrespetados una y otra vez por el tipo de relación que construyes con tu pareja, o con otros, entonces puede ser indicador para distinguir si te encuentras “en un proceso de transición y crisis de adaptación”, o “es el momento de hacer una alto total para reexaminar los acuerdos o bases de nuestra relación”.

Si te encuentras en una transición en tu relación o bien estás atravesando un cambio drástico en tu vida, estos 4 elementos me ayudan a transitar por ahora mis propios cambios.

1.- Lo que pasó hoy, habla de lo que pasa hoy. Aunque parece una afirmación muy obvia no lo es. Educar a nuestra mente para mantenerse en el presente mientras estás pasando un mal día o te sientes incomprendido, lo encuentro indispensable. No sé a ti, pero cuando algo me duele, me molesta o frustra, es fácil sentir que esa incomodidad se quedará para siempre en mi vida, aunque es un pensamiento absurdo, así de poderosa es la mente y el ego.…..y ¿sabes qué?, no necesariamente se quedará para siempre, o al menos, mañana podría cambiar la perspectiva desde la cual la estás viendo.

2.- ¿Qué pregunta no me estoy haciendo?. Cuándo me siento atorada, por lo general me digo: ¿Qué es lo que no estoy viendo?, ¿Cómo más podría ver esta situación?, ¿Si yo fuera “X persona” cómo miraría esto que me pasa?, ¿Qué otro significado puede tener esto?.

3.- Darme tiempo para vivir 100% mis emociones. Esto podría nos ser del agrado de muchos que eligen ponerlo en práctica y menos de sus parejas o relaciones cercanas. Vivir las emociones al 100% significa darle la bienvenida no sólo a la alegría y ternura como algunas de las emociones deseables y básicas. Vivir y sentir el miedo, el coraje y la tristeza es parte del proceso de aprender a asumir los cambios.

4.- Pedir ayuda especializada. Cuando tocas pared en tus intentos de resolver una situación, y sigues intentando lo mismo, sin tener resultados distintos, existe el gran riesgo de que tu auto-concepto y autoestima se debiliten. Aceptar la ayuda de un terapéuta o coach en el momento adecuado ha marcado una gran diferencia en mi vida, y siempre tengo presente la posibilidad de pedir este apoyo.

Y tú……. ¿Cómo le haces para transitar cambios drásticos?, ¿Qué te ha servido? ¿Qué te sirve hoy?

Déjame tus comentarios aquí abajo del blog, me encantará leerte.

Si alguien vino especialmente a tu mente mientras leías ése artículo, no dudes en reenviarlo ahora mismo…..Si hay algo en éste mundo que hoy nos hace falta es “Recordarnos que no estamos solos”.

¡Éxitos!

Maru García Marín

Coach, Mentor y Trainer en Gestión Emocional y Liderazgo

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