En la antesala a entrar a la Universidad, combinar algunos trabajos como modelo y estar al día con mis clases universitarias fue algo sencillo, sin embargo, cuando las demandas de mi carrera empezaron a ser mayores, el cuestionamiento de ¿Qué quiero hacer? me invadió; las voces que decían: “Deberías prepararte para participar en el concurso” y “Puedes hacer las dos cosas”, empezaron a jalarme de una dirección a otra para tomar decisiones diariamente, y la pregunta más importante fue: ¿Quiero yo realmente hacerlo?, ¿Qué me da el mundo del modelaje?, ¿Para qué?…….Todo esto mientras muchas de mis amigas ya habían iniciado el tortuoso camino de cumplir elevadas exigencias en preparación al Mis Venezuela o algún concurso local.
Crecer con un alto énfasis en la belleza física, y hábitos extremos para mantenerla y cultivarla era parte de lo normal para mi. Hoy, en la antesala a mis 40, agradezco haber tenido la oportunidad de montarme sobre el escenario desde tempranas edades, y aunque por motivos de belleza física, aprender sobre cuidados a tu salud y auto-confianza.
Hablar sobre “Nuestra Belleza” significa para mi reencontrarnos con su significado y revisar si esos significados son una fuente de amor propio, cuidado personal y auto-compasión. Estar expuestos a modelos de belleza tan estandarizados, para muchas y muchos es fuente de constantes autocríticas y hasta vergüenza. Se dice que una mujer empieza a experimentar sentimientos de vergüenza o culpa en menos de 1 min. después de estar mirando una revista de moda.
Recordar esos momentos en los inicios de mis veintes me invita a hacerte estas preguntas:
¿Cómo vives tu belleza?
¿Cómo disfrutas de quién eres?
¿Cómo convives con esas partes de tu cuerpo que no te agradan?
Ampliar el concepto de belleza al que fui expuesta fue relativamente sencillo dada mi personalidad, y exposición a otras culturas (vivir en otros países), lo que favoreció la expansión de mis creencias sobre lo que considero es ser bello.
A continuación algunos de los principios de belleza que atesoro:
- Ser bello es aceptar tu cuerpo tal como es, todo proceso de cambio o transformación parte de aceptar donde estás. No podrás hacer cambios físicos (posibles de lograr con acondicionamiento físico) en tu cuerpo, si primero no lo aceptas.
- No hay nada más atractivo que un ser humano que vive en confianza de quién es y desde allí se muestra al mundo. ¿Te has preguntado porqué algunas personas no tan agraciadas físicamente tienen un alto magnetismo y atracción?
- Ser bello es expresar lo que tu corazón siente y conectar emocionalmente con otros. El ser humano más que nunca, está deseoso de pertenecer y conectar con otros seres que le permitan vivir con autenticidad, bien sea expresando ideales y ambiciones, compartiendo momentos difíciles o disfrutando de algún hobby.
- Nuestro cuerpo es nuestro templo y merece cuidado y atención. Cuando nos sentimos bien físicamente podemos vernos y tratarnos a nosotros mismos de maneras más positivas, proyectando ese positivismo a otros.
- Ser bello es sonreír con autenticidad. Cuando nos encontramos haciendo la mayor parte del tiempo aquello que nutre nuestra alma, o contribuye a completar nuestra misión de vida, nuestra belleza interior será 1.000% más seductora que la exterior.
- Belleza es lo que tu decidas creer. Reconocer y honrar nuestra capacidad de decidir a cada minuto como queremos vivir nuestra vida, haciendo uso de nuestro “libre albedrío” nos hace poderosos y bellos creadores de nuestra propia existencia.
La imagen que acompaña esta publicación es de una de mis primeras sesiones fotográficas como modelo tomada en mi bella ciudad natal Maracaibo.
Maru García Marín
Coach, Trainer y Mentor en Gestión Emocional y Resiliencia