¡Sigue tu ritmo en la Navidad!

Organizar encuentros con los amigos.

Asistir a invitaciones de fiestas y posadas.

Participar en intercambios de regalos.

Planear viajes familiares o logística para recibir familiares.

Aumentar en el consumo de calorías con antojitos por aquí y por allá.

Planear unos días de vacaciones.

Convivir con lo incómodo de encontrar tráfico a donde quiera que vas.

En esta generalizada y muy común lista de actividades o situaciones comunes en período de Navidad

¿Ya hiciste tiempo para ti y para conectar con tus auténticos deseos?

¿Qué tan hábil eres para disfrutar y estar presente en medio de tantas demandas externas?

Encontrarnos arrastrados por las invitaciones a socializar o cumplir rituales propios de las fechas de navidad, puede ser un motor de tracción que deja escaso tiempo para la reflexión y verdadera conexión emocional con nosotros mismos y con otros. Los excesos y abusos físicos (pocas horas de sueño), alimenticios (bebidas alcohólicas y alimentos altamente calóricos) y  financieros (endeudamiento), son algunas de las acciones con las cuales conviviremos en remordimiento mental y emocional durante meses si no tomamos decisiones conscientemente.

Si bien el tiempo de navidad es una fecha ansiada, perder contacto con el ritmo que nos sienta bien para atendernos y cuidarnos en nuestras necesidades es parte del desafío en el cambio de la dinámica del mes de Diciembre y primer semana de Enero.

El aumento en nuestras expectativas sobre cómo  deberíamos experimentar los encuentros y las relaciones, es otra decisión que un poco de manera inconsciente compramos con el paquete de “Feliz Navidad” y es como si todos actuáramos con ideas preconcebidas sobre la manera en que deben desarrollarse ciertas actividades y el grado de alegría y plenitud con el que las debemos vivir.

Seguir tu propio ritmo, se trata de mediar entre las demandas externas para socializar y adaptarte a planes grupales/familiares, y la necesaria pausa con nosotros mismos para reconocer lo que nos nutre y enriquece nuestra plenitud.

Si algo de lo mencionado hasta ahora te suena familiar, quiero compartirte mi lista de supervivencia para las navidades (si de supervivencia), pues aunque no estemos dispuestos a aceptarlo, pasan muchas cosas durante la temporada navideña que nos pueden dejar fuera de nuestros ritmos saludables y perdernos la oportunidad de vivir este tiempo como una oportunidad de renovación, encuentro y búsqueda. Te invito a mirar lo siguiente:

  • Amistades. Aprovecha los encuentros con tus amigos para mostrarte, para dejarles saber donde estás en tu vida, aunque no te encuentres en la cumbre de una montaña. Influye para que tus conversaciones sean una danza de dar y recibir, interésate en el otro con auténtica escucha y empatía. Si es la única oportunidad del año en que te encuentras con algunos amigos, exprésales tu aprecio y diviértete recordando anécdotas que los unen.
  • Familia. Respira profundo y aumenta tu tolerancia ante circunstancias, comentarios o hechos con los que podrías no estar de acuerdo. Si algo te incomoda en la manera de majarse de algún familiar elije preguntarte ¿en qué tiene esto que ver conmigo? ¿qué necesito hacer para trascender esto?
  • Tono Emocional. Recordar a personas queridas o seres que han partido puede ser uno de los elementos más difíciles de manejar en estas fechas. Si este es tu caso, conecta emocional y espiritualmente con esa persona que ya no está y pregúntale: ¿cómo le gustaría verte experimentando esta navidad? ¿Qué cosas le alegrarían de saberte haciendo?
  • Juego. Conectar con el espíritu de los niños, la fantasía, el juego  y la diversión es una parada necesaria en este tiempo….date el tiempo de conectar con tu niño interior y pregúntale ¿qué desea?
  • Alimentación. Hacer dietas o regímenes estrictos en estas fechas es una forma de auto-castrarnos. Disfrutar de sabores propios de las festividades es un placer difícil de rechazar. La excesiva auto-represión generalmente provoca posteriores momentos de atracones con los cuales nos sentimos mucho peor después, por tanto, la misión es encontrar tu justa medida. Así mismo, evita privarte de alimentos durante el día con el buen argumento de que en la noche comerás mucho….esto sólo prepara tu cuerpo para retener y almacenar mucho más, las abundantes calorías que consumirás en la noche.
  • Espiritualidad. Asegura crear espacios para ti y tu conexión espiritual, bien sea a través de una creencia religiosa o no. La espiritualidad es la noción de que hay algo más allá de nosotros, un ser superior (Dios, el gran espíritu, el universo la madre tierra). Déjate sentir en tus deseos o pesares desde la oración, meditación o cualquier practica que te permita actualizarte contigo mismo y dejar fluir tus aspiraciones y deseos más allá de ti.
  • Sueña. Todo lo creado fue primero pensado, la dosis de imaginación y capacidad de soñar es un condimento valioso para este período de cierre de año. Sueña y conversa sobre tus sueños con quienes juzgas te impulsarán a seguir, y aunque con miedo por sus deseos de protegerte, te escucharán sin juzgarte.

Maru García Marín

Coach, Mentor y Trainer en Gestión Emocional y Liderazgo.

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