Cuando el mensaje “se fuerte” irrita…

¿Te ha pasado que cuando te dicen “se fuerte” en un momento de alta tensión o crisis en lugar de ayudarte te irrita más?

Hay momentos de alta vulnerabilidad o crisis en nuestras vidas en los que recibir como consejo el mensaje “se fuerte”, en lugar de animarnos, puede hacernos sentir que no estamos haciendo lo suficiente, o que no somos tan capaces como para estar a la altura de las circunstancias.

El evento que avivó en mi esta profunda reflexión hace ya casi un año, está asociado a la noticia de que una amiga querida tenía un diagnóstico de cáncer con metástasis, y mi deseo de apoyarla provocó hermosas sincronías que me regalaron grandes aprendizajes.

Conversar sobre como se sentía durante su proceso de sanación fue y sigue siendo un gran privilegio. En una de nuestras conversaciones con mucha humildad y vulnerabilidad ella me confeso esto: “Me da tanto coraje cuando me dicen que sea fuerte…. si me siento terrible….. si la quimioterapia se siente espantosa”.

Con profunda reverencia la escuché en esa ocasión, y me siento honrada de que se atreviera a verbalizar lo que su corazón sentía en un momento en el que sus límites físicos, mentales y emocionales estaban siendo puestos a prueba. Al escucharla mi pensamiento inmediato fue: tienes razón, es válido cansarse, es válido dejarse caer.

Hoy que escribo estas líneas, ella está en completa remisión después de un arduo trabajo (especialmente espiritual), en el que declaraba a cada paso “Elijo la vida”.

Para mí su fortaleza va mucho más allá de las palabras, y me lleva a afianzar la idea de que es sanador incorporar a nuestras vidas un concepto de fortaleza nutrido de alta sensibilidad, y de espacios en los que simplemente nos dejamos caer, nos rendimos, y pedimos ayuda divina.

Dado el gran impacto que esa particular conversación con ella tuvo en mí, no por casualidad encontré esta frase semanas después:

“Hay un momento para ser fuerte y hay un momento para ser débil. Hay un momento para desmoronarse y hay un momento para levantarse. No estamos destinados a ser de una sola manera todo el tiempo”. Danielle Laporte

Perder el temor a sentir que nos desmoronamos, y que no cumplimos con el ideal de fortaleza que nos venden es transformador y saludable.

Sostener la incomodidad, la falta de claridad, de propósito, la confusión, son parte del proceso de la reinvención y de la sanación.

Ella con su sanador proceso me educó en lo que es posible cuando vivimos a corazón abierto, cuando elegimos la vida, y cuando tomamos difíciles decisiones que aunque en lo inmediato provoquen dolor, en el mediano y largo plazo tienen el potencial de traernos paz y plenitud.

Si estas reflexiones te son útiles, cuéntame… ¿Qué te provocan?… ¿qué refuerza en ti?

Me encantará leer tus comentarios aquí.

Maru García Marín

Coach, Mentor y Trainer en Gestión Emocional y Liderazgo

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