Si bien reconozco que me cuesta más auto-regularme emocionalmente, la otra cara de la moneda del proceso es que me ha permitido recordar y reforzar la premisa de que somos aprendices.
Al quitarle el peso que usualmente le damos a nuestra experiencia y conocimientos logrados, automáticamente nos liberamos de expectativas auto-impuestas sobre nuestro desempeño ideal, lo que a su vez nos permite mirar con más transparencia lo que nos pasa.
En términos prácticos la pregunta que quiero que te hagas conmigo es:
¿Cómo sería auto-regularnos emocionalmente mejor dejándonos guiar por nuestra curiosidad?
Aquí mi respuesta:
Primero. Reconocer el verdadero origen de mi emoción y preguntarme ¿qué específicamente me irrita/frustra/enoja/entristece/provoca miedo de esta situación?
Segundo. Explorar qué puede ofrecerme alivio y sensación de bienestar ante esta situación y preguntarme: ¿qué necesito ahora?, ¿qué me aliviaría distinto a obtener la respuesta/atención que quiero de esta persona/situación ahora?
Tercero. Reconocer el juicio o pensamiento automático que estoy teniendo y que puede ser causa de la irritabilidad o respuesta emocional exagerada. Preguntarme: ¿qué estoy pensando de esta persona y de su comportamiento que me irrita tanto? ¿en qué se relaciona conmigo ese comportamiento o actitud? ¿a quién me recuerda en mi historia este comportamiento que muestra esta persona ahora?
Estas tres recomendaciones me han permitido diseñar salidas más saludables en situaciones incómodas, evitando dejar la carga de responsabilidad en las circunstancias o en los demás.
Y claro…. una de sentido común es el tomar distancia de la situación, dar pasos atrás, retirarte de la escena, y sumarle una caminata, tiempo a solas, ejercicios de respiración o cambiar de estado enfocando la atención en una tarea que relaje.
Sé que lo que te describo no te es desconocido ¿cierto?
La pobre conciencia emocional por lo general nos conduce a comportamientos que no surgen desde nuestra sabiduría, y si desde nuestra humanidad instintiva, es por ello que una práctica de conciencia emocional es vital para poder sentirnos más en control cuando una situación gatilla en nosotros una fuerte respuesta emocional.
Exigirnos respuestas emocionales perfectas, es algo que no existe…. Y lo que aprendo de este momento de ir más profundo en mis competencias de gestión emocional, es que todo empieza y termina dentro de mí, y mientras más tiempo consciente invierta en cuidar mi jardín interior, podré no sólo imaginar la creación de paisajes maravillosos, también los podré crear con más fluidez y confianza sabiendo que mis acciones nacen del….