Si eres de los que me lees en los últimos 10 años (inicie mi blog en el año 2013), sabrás que no soy fans de los propósitos de año nuevo inspirados en salir a comerte al mundo en el mes de Enero.
Lo que sí me encanta es aprovechar las energías de introspección y pausa de las festividades para hacerme más consciente de mis progresos del año anterior con base en un inventario de aprendizajes y metas alcanzadas.
“Intencionar” al iniciar el año, es la descripción que más me representa, y para este 2024 mis focos de atención están basados en dos palabras “Higiene Mental y Quietud”
Reconocer más fácilmente ideas o ambiciones que tienen el poder de robarme la paz, y por ende convertirse en una fuente de desgaste innecesario de energía, es la descripción más sencilla asociada al foco “Higiene Mental”, y con relación a esto recientemente descubrí mientras leía por segunda vez el libro “Ecuación Emocional” del autor Chip Conley, un término que me encantó y este es “Psico-higiene”. Lo que traduje de inmediato (dada mi formación como psicóloga), a “higiene mental”, sin embargo, en su libro reseña el término en el contexto de la habilidad que tienen los equipos de dialogar y sostener conversaciones en las que se hagan valoraciones positivas de los acontecimientos vividos (especialmente si se está en momentos de alta turbulencia), y usar esto como un medio para mantener cierta higiene emocional en los equipos.
Por tanto, la psico-higiene nos invita a hacernos conscientes de nuestras narrativas (historias que nos contamos), y cómo estas influyen en nuestros estados emocionales, niveles de esperanza, optimismo, motivación de vida…. pero por sobre todo cómo pueden las historias que nos contamos afectar nuestras relaciones.
¿Cómo sería nuestra vida si fuéramos extraordinarios en hacer valoraciones positivas no sólo de nuestros logros, sino también de nuestros intentos, visión, disciplina cotidiana?
¿Cómo sería nuestra vida si pusiéramos especial interés en mirar el desempeño de otros enfocándonos en lo que si funcionó, lo que si hizo, las intenciones positivas detrás de los actos?
Algunos dirán como respuesta inmediata… (incluso es una que apareció mientras escribía esto)…. “Lo que pasaría es que nos volveríamos mediocres”…. ¿será cierto?… ¿será cierto que en ausencia de lo que llamo “la ley del látigo”, (basada en la exigencia y corrección constante y desbordada), nos volveríamos mediocres?
Para alguien con tendencias perfeccionistas como yo, y/o con programaciones altamente orientadas a la supervivencia (la mayoría de los seres humanos)….. lamentablemente lo que cuenta es el resultado… y no cualquier resultado.
Qué tal explorar esta fórmula:
“Mientras más valoraciones positivas hago de mis intereses, desempeño e intenciones…. estaré creando un estado emocional positivo que sirve de palanca para afrontar mejor los desafíos, y dificultades de la vida”
Tomar decisiones importantes puede requerir sólo segundos cuando lo haces desde una convicción clara y reconoces el valor de la higiene mental en tu vida.
Cuando somos perezosos en hacernos responsables de nosotros mismos, y de la parte que nos toca en la co-creación de nuestra realidad (psico-higiene), entonces la vida nos colocará desafíos para acelerar la curva en la toma de decisiones.
Tener un problema de salud o perder a un ser querido son acontecimientos que tienen el poder de darnos un rápido cable a tierra y aclarar nuestra perspectiva…. Estoy segura que te ha pasado… Desde este enfoque quiero invitarte a pausar y evaluar las siguientes preguntas:
Si eres una persona inteligente (como sé que lo eres) y llegaste hasta aquí ¡Te felicito!…. yo asumo que esta información de alguna manera la conoces, y mi intención es que refuerces en ti los diálogos necesarios para que este horizonte se convierta en un destino al que te sea más fácil no sólo llegar sino mantenerte.
Desde mi Poder y Magia a la tuya,
Maru García Marín
Psicólogo, Coach, Mentor y Trainer en Gestión Emocional y Liderazgo