Nuevas capas de sensaciones, emociones e ideas se avivan cuando conectamos con la naturaleza cíclica del mundo que nos rodea.
El solsticio de invierno es una extraordinaria oportunidad para disminuir el ritmo, alinearnos con espacios de introspección y darnos el permiso de fijar nuevas intenciones para un nuevo año.
Aquí algunas de mis intenciones:
Más autenticidad.
Más determinación.
Más compromiso.
Más libertad emocional.
Más autenticidad es equivalente a……. usar nuestra voz para declarar lo que pensamos y ser escuchadas aunque sea incómodo para otros.
Más determinación es equivalente a…. no procastinar con pequeñas tareas que nos acercan a nuestros propósitos aunque estas sean desagradables o incómodas.
Más compromiso equivale a…… crear el espacio de pausa y silencio en el que nos entrenamos para reconocer lo que se siente verdadero desde nuestro interior con miras a actuar desde allí.
Más libertad emocional equivale a….. vivir las emociones agradables que nos provocan nuestros éxitos y agradecer a las emociones que tienden a ser menos agradables como el miedo, coraje o tristeza porque al darles un lugar permitimos que nos regalen sus mensajes y aprendizajes para caminar más ligeras.
Proyectos y relaciones que no funcionaron como esperábamos nos invitan a observarnos para reconocer si nacieron de un deseo auténtico de nuestra alma, o de expectativas prestadas de alguien más.
Observar los acontecimientos que no nos gustaron del año que dejamos atrás, es un ejercicio de auto-descubrimiento si lo elegimos. Responsabilizar a las circunstancias y a otros por lo que no nos gustó, es una forma de excluirnos como fuente creadora e impulsora de nuestros deseos y sueños.
Regálate la posibilidad de un cierre del año, reconociendo los mágicos momentos que siempre están a nuestro alcance, y observando con curiosidad aquello que no resultó como esperabas.
Pausar para hacer un inventario de tu vida es una estrategia ganadora en tu relación contigo misma.
Pausar para escribir tus intenciones y deseos activa la magia de lo posible desde tu mente y corazón.
Pausar para reconocer las bendiciones y regalos recibidos es uno de los ingredientes clave de nuestra felicidad y se llama… gratitud.
Si lo que te describo resuena contigo, te invito a que realices el siguiente ritual o práctica para celebrar el inicio del invierno:
Acompaña este ejercicio, con un ambiente que se sienta relajante:
Que tengas un invierno para recargar energías y regalarte el placer de ir más lento.
Si estas reflexiones son útiles para ti y crees que beneficiarán a tus amigos y familia te invito a compartir.
¡Feliz inicio del Invierno!
Desde mi poder y magia a la tuya,
Maru García Marín
Coach, Mentor y Trainer en Gestión Emocional y Liderazgo