Enfrentarte a un cambio en el trabajo, en el rumbo de tu negocio o en tu vida, son las excusas perfectas para explorar y re-descubrir tu nivel de desempeño ante la incertidumbre y lo desconocido. Vivir en tu zona de confianza, es un proceso de aprendizaje que requiere de tu interés y voluntad.
En Febrero de este año 2014, y como celebración de mi cumpleaños número 39, completé el sueño de aprender a esquiar. Si bien era algo que ansiaba mucho, apenas vi las pistas me invadieron sensaciones y pensamientos que no me esperaba. Aprender a esquiar requirió estar en buena condición física, pero por sobre todo en una excelente condición mental.
Dado que me gusta la aventura y apoyada en mi experiencia como ciclista de montaña, apenas logré tener control para frenar en bajada, decidí pasar a una pista más exigente……Si a una más exigente (en mi primer día)……y fue allí que experimenté no miedo….Terror.
¿Te ha pasado alguna vez que te sientes listo para aumentar tu nivel, pero ya que estás allí quieres salir corriendo o que alguien te rescate?
…..pues si, eso me pasó a mi, y como consecuencia de ello mis sentidos estaban súper despiertos en lo alto de la montaña, allí detenida sobre mis esquí…. sentí el viento frío en mi rostro mientras pensamientos e imágenes catastróficas de huesos rotos se cruzaban en mi imaginación velozmente, como beneficio de esos minutos detenida en la quietud de la altura, escuché el cantar de los árboles con el viento, vi como niños de 5 años bajaban a toda velocidad (golpe duro al orgullo/ego), y me permití tomarme mi tiempo antes de dejar que el miedo tomara el control….durante estos minutos que parecían eteeerrrrnos, estuve muy consciente de lo que mi vocecita interior decía (esa que todos tenemos) y segura estaba que no eran cosas buenas.
Atajar los pensamientos en el momento oportuno, me permitió bajar de la montaña sana y salva, pero por sobre todo, aprender sobre mis propios límites, expectativas y auto-exigencias.
¿Te ha pasado algo similar en un momento de crisis?
“Aprender algo Nuevo”, especialmente en los casos en los que tu seguridad física está en riesgo te traerá el regalo de conocerte más, de conocer si eres tu mejor amigo en momentos difíciles, y sobre todo de reconocer los criterios que usas y te ayudan a tomar decisiones.
Bien, hasta aquí seguramente ya habrás pensado en más de algún momento en donde has tenido experiencias similares. Para darle más sentido a estas reflexiones quiero resumirte lo que para mi implica “Vivir en mi zona de Confianza”:
Maru García Marín
Coach, Trainner y Mentor en Gestión Emocional y Liderazgo
Quizás pocas veces he compartido mis experiencias en la “aventura extrema”, lo soy, soy extrema y por supuesto autoexigente. Comencé con los deportes de niña como atletismo, natación y bowling, Luego bailando, bailé por 17 años (tuve una excelente escuela: mi padre), comencé por el ballet tarde, como a los 15 años, así que, para dar la talla tuve que hacer un esfuerzo mayor, pero tenía condiciones y lo logré. Cuando comenzaba una etapa añorada; bailar en punta, luego de 5 años de preparación la profesora se fue y quedamos a la deriva (aparentemente: nada es lo que parece), apareció en la academia “Siudy”, a la que le dediqué esos años de vida artística, un profesor de “Jazz moderno”, con esta danza tan exigente como la anterior, demostré mis verdaderas habilidades para la misma y descubrí que el ballet no era lo mío; esto me atrapó, me apasionó. De allí a bailar todo tipo de danzas, fué sólo un tris. Luego de 8 años, pasé a recibir y dar clases al mismo tiempo, hasta que la apertura de mi negocio me abosorbió. Bailé en todos los teatros de Caracas, hasta en la TV. En el año 1994 ya alejada de esta actividad, por la profesión, otro sueño se cumplió, bailar en el Teatro Teresa Carreño. Salir al escenario ante un público es paralizante, las piernas no dejan de temblar (son tu principal herramienta), el estómago se vacía, los pasos se olvidan, la inseguridad te toma. Al salir al escenario, al concentrarte sólo en lo que tienes que hacer, al dejar de ver a las personas y mirar sólo la sombra de la oscuridad que los arropa, al mostrar todas tus habilidades, todo fluye, casi vuelas, las emociones dejan de estar en tu mente, aunque sigan allí, las sobrepasas, al entrar en acción. Lo mismo pasó cuando me hice piloto privado, al levantar el vuelo prácticamente en una “tara” (como llaman a las avionetas). Volé por 20 años como copiloto de mi esposo, pasaron muchas cosas que me permitieron sentir el miedo, pero sólo una cabeza fría, un pensamiento claro y una acción contundente, nos permitieron salir de las emergencias. Cuando tome una tabla para realizar windsurf, cuando tomé unas cuerdas y realizar rapel, caminar entre cuerdas (highline), cuando hice rafting, cuando hice parasailing, todo comienza igual, el miedo, los pensamientos negativos están allí, al tomar la decisión de continuar y tomar acción, todo desaparece, sólo el disfrute del logro te hacen reir y disfrutar. Soy capaz de aventurarme el miedo está presente como una forma de supervivencia para tomar precauciones y para no ir más allá del riesgo medido o sugerido. Me ayuda mucho preguntarme: ¿Qué es lo peor que pudiera pasar?
¿Me he preguntado que me da miedo? ¿que me paraliza?. He tenido que enfrentarlo en otras situaciones vida, he descubierto que es un monstruo mientras está dentro, pero que cuando lo miras de frente, lo reconoces, hasta les he puesto nombres y lo descubres, deja de tener poder, de tener tamaño, al salir afuera, desaparece. Al ponerme en acción deja de estar presente.
¿He sido compasiva conmigo misma? la verdad no, he sido autoexigente, autocrítica, es un “to do” que tengo, me gustó la idea de “tratarme como lo hago hacia otros”, comienzo hoy mismo. Aunque reconozco me he dado mis licencias así que de alguna manera me he hecho cariñitos..¿Alguna vez has sentido culpa por querer dormir un poco más o realizar una siesta? y lo primero que te viene a la cabeza es: “con tanto que tengo que hacer”?……eso me parece extremo, pero me ha sucedido.
La inspiración y la creatividad parecen fuentes, pero requiero de un estado mental, físico y emocional especial y para ello me tomo un rato al amanecer, durante el día o antes de dormir, para relajarme y meditar, sobre todo de noche. Escuchar mi cuerpo y darle cabida a lo que siento, hacer lo que me pide, sin culpa y sin arrepentimientos, son una fuente de inspiración.
Comenzar un nuevo proyecto. Implica todo lo anterior y más. Las veces que me han dicho: ¿”pero a esta edad”? y “no te da flojera”, “ya estás para jubilarte”, “comenzar otra vez”, ¿No te da miedo? La verdad es que ni lo pienso, todo lo vivido, lo sentido, lo experimentado me llevan a una conclusión ; todavía hay mucho por hacer, mucho que aportar, mucho que compartir, mucho que inspirar, mucho que vivir. Es ahora cuando puedo sentir con seguridad la certeza de que voy por buen camino, ¿porque no hacerlo?
Gracias Maru por inspirar!!
Wuaoo Melissa, que lindo paseo de experimentación y aprendizajes. No sabía que te apasiona bailar, y como lo describes suena a que hay una sabiduría corporal en tí, no sólo por tu pasión sino también por tu dedicación a las artes escénicas. ¡Felicidades!
Todas esas cosas que hiciste y más…..eres tú. Me alegra que puedas ser un modelo para nuestra cultura lationoamericana de que aprender y experimentar es algo que no tiene edad ni fecha de caducidad. Dicen por allí que “Envejece el que para de aprender”.
Sabía algo de tus gustos por volar, más desconocía que tu eras la piloto….wuaooo….próximamente los invitaré a leer un post sobre mi primer experiencia en avioneta. Por todo lo que describes el miedo es tu aliado, y así es como hay que relacionarnos con el como un amigo a quién nosotros le damos o quitamos el derecho de palabra.
Celebro que en este momento de tu vida sientas la certeza de que estás y haces lo que te corresponde y sabes que te hace bien. ¡Continuemos!
4 Comments
¡La frase Ponte en Acción fue el elemento de tu lectura que más me impactó!
Por más que tenía un plan en mi cabeza para mejorar mi vida, pensaba y pensaba y no lo ejecutaba. El miedo estaba allí. El plan solo estaba en mi mente.
No solo mi determinación fue necesaria. Contar con mi esposa fue vital para deslastrarme de lo que venía haciendo, y encontrar ese algo adicional que me sacaba sonrisas y me hacía saltar de la cama en las mañanas. Hoy en día, hemos emprendido el camino que nos llevará a la tranquilidad espiritual que estamos buscando y, porqué no decirlo, al éxito que merecemos y que queremos tener.
Esta lectura refuerza en mí los efectos que pueden generar las emociones como el miedo, pero también exalta las grandes consecuencias que puede tener la determinación en nuestras vidas.
Leerte, como suelo decírtelo, me resulta una herramienta poderosa.
¡Gracias por esas entregas tan enriquecedoras!
Felicidades para ti y para tu coach personal…tu esposa 🙂
Nada nada ofrece un camino más corto para fortalecer nuestra confianza que ACTUAR.
Podemos trabajar infinitamente en nuestro modelo mental, estado emocional, etc, etc….más la confianza sobre algo que nos es nuevo o desconocido la ganamos mientras nos atrevemos y actuamos. ¡Sigamos!