Ahora más que nunca nos encontramos descubriendo una nueva forma de vivir, liderar y cultivar relaciones, es por esto que el concepto de fortaleza exclusivamente centrado en “tener claridad de acción todo el tiempo”, “hacer sin pausa”, y tomar decisiones secuestradas en exclusiva por nuestra “lógica”, debe quedar atrás.
¿Te haz preguntado porque los grandes genios tenían la habilidad casi natural para crear?…. Yo tengo mi respuesta. Ellos se dejaban sentir, seguían sus corazonadas, su intuición, deseaban y actuaban sin detenerse a pensar si tendrían la aprobación o el rechazo de otros.
Te pregunto:
¿Qué lugar ocupa tu sensibilidad en lo que defines como fortaleza personal? Más sobre el tema fortaleza en mi anterior publicación “Cuando el mensaje se fuerte irrita”.
¿Qué lugar ocupa tu sensibilidad en lo que defines como ser una persona inteligente?
Verás yo no creo que existe una inteligencia racional separada de la emocional, creo que son un combo en danza continua, y que separarlos sólo nos sirve para alcanzar una mayor comprensión en ocasiones, pero la danza es simbiótica y lamentablemente la falta de educación en nuestras emociones hace que esa danza sea torpe y frustrante.
Merecemos vivir la vida de nuestros sueños, y en gran parte el obstáculo son nuestras programaciones (mapas mentales), y sus respectivas huellas emocionales las que nos restan poder.
La nueva versión de fortaleza e inteligencia requiere que nos hagamos hábiles en entender el lenguaje de nuestras emociones y usarlas como sabias guía.
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