Buscar conectar contigo a un nivel más profundo en un ambiente que luce lindo e inspirador, pero donde sin duda te encuentras lejos de tu zona de confort dadas las bajas temperaturas, la logística de acampar, el no conocer a nadie al llegar, hicieron de este retiro una combinación magnífica de exploración, aventura y sorpresa continua. (Lee la Parte I, de esta publicación aquí)
Salir de mi tienda de campaña cada mañana con todo lo necesario era toda una prueba de logística y estrategia mental dado que las distancias a caminar eran amplias y convenía salir desde la mañana con tus utensilios para comer (plato, tenedores y vaso… como se requería para todas), lo básico para tu aseo personal (cepillo de dientes, toalla para secarte), el tapete para sentarte en el suelo (las clases eran casi todas al aire libre), varias capas de ropa si el clima cambiaba (calor, frío o lluvia), el cuaderno de anotaciones para inmortalizar reflexiones y descubrimientos y por supuesto el celular para una que otra foto…… Al escribirlo aquí luce sencillo, más cada mañana esta sencilla tarea se sentía como resolver un examen matemático complejo, especialmente con las bajas temperaturas (entre 2 y 5 grados centígrados).
Elegir tomarme el tiempo para vivir esta experiencia fue un desafío no sólo por la aventura de ir al encuentro de desconocidas, sino por el continuo enfoque de disolver las sensaciones de culpa o ideas absurdas de sentirme indispensable para mi hijo que quedó al cuidado de su padre por esos días.
Cuando la mujer se expone a situaciones nuevas, sin duda surge un terreno fértil en el juego de reconocer pensamientos y creencias que usualmente no están tan a flor de piel, y que si no estamos atentas a hacerlas conscientes juegan un rol súper oportunista que puede alejarnos o impedir nuestro desarrollo y la capacidad de escuchar y seguir nuestros deseos.
Mientras observaba la majestuosidad del lugar en el que este retiro se realizó, combinado con la diversidad de mujeres y de recursos que estaban disponibles para todas, fantaseaba viajando en mi mente a los tiempos en los que la raza humana vivía en comunidad y podía tener acceso a una curandera o varias en cuestión de pasos, tiempos en los que el intercambio de dones o talentos era la moneda más fuerte, tiempos en los que se consideraba a las plantas medicina, tiempos en donde los elementales (agua fuego, aire, tierra) hacían vida consciente en nosotros y nosotros en ellos.
Gran parte de lo que nos separa y limita de una plena felicidad como mujeres, y de ofrecer nuestro grano de arena a la sanación del mundo, es la desconexión que tenemos de nosotras mismas, de nuestras emociones, de nuestros cuerpos, de nuestra espiritualidad…… y hay infinitas razones por las que esto ha sucedido así, pero hay dos que considero las más importantes:
En el pasado como mujeres mostrar nuestra verdad, dones y sensibilidad nos ha costado caro, y esa memoria emocional sigue allí haciendo de las suyas hasta que la valentía le supere y miremos de frente lo que hemos preferido evitar.
Nuestros cuerpos almacenan la memoria de abusos, represiones, frustraciones y traumas de nuestra propia vida y de las mujeres antes de nosotras.
Mientras sigamos evitando atender nuestras necesidades e irespetemos nuestra naturaleza, mientras sigamos ignorando que hay heridas que atender, y un renacer femenino que manifestar….. seguirán las injusticias y atrocidades en un mundo en el que se premia la fachada, la energía masculina y la indiferencia.
Los cambios más valiosos inician contigo y quiero invitarte a que me acompañes a ser protagonista de ese cambio junto a mí.
Explora mi programa online “Conecta con tu Poder, expande tu Magia”
Durante esta experiencia de 3 meses:
Si te encuentras en un momento en el que estás dispuesta a invertir tiempo en ti, te invito a que me acompañes en la misión de estar presentes para nosotras mismas, beneficiando el auto-descubrimiento y empoderamiento.
Desde mi Poder y Magia a la tuya,
Maru García Marín
Coach, Mentor y Trainer en Gestión Emocional y Liderazgo