Los meses de febrero y marzo suelen ser muy especiales para mí.
Hace escasas dos semanas celebré mi cumpleaños No. 47 en el paradisíaco Quintana Roo, también este mes de febrero se conmemora un año del viaje de sanación en el que he acompañado en a mi padre desde el 25 de febrero 2021, cuando se le diagnosticó cáncer de próstata (vamos excelente).
Crecer y evolucionar son procesos naturales y cíclicos cuando no nos resistimos a ello:
Marzo para mi ha sido históricamente mes de mudanzas y transformaciones buscadas intencionalmente y también de esas que no te esperas. Hoy día Marzo es sinónimo de Mujer. Me entusiasma ver todo el ruido y movimiento en torno a causas asociadas a la Mujer, su expansión y su desarrollo celebrado especialmente este mes.
Estos son los días en los que las feministas como yo, y tal vez como tú (hombres y mujeres), buscamos contagiar perspectivas y sensibilizarnos cada vez más acerca de cómo trabajamos juntos para lograr disminuir la brecha de género que tanto agrede no sólo a las mujeres, a las familias, a las organizaciones… al mundo entero.
Y si eres hombre y crees que este mensaje no es para ti… nada más alejado de la realidad.
Estos son tiempos en los que los hombres están siendo llamados a vivir sus emociones, y reclamar de vuelta la esencia femenina que les habita como género masculino. Culturalmente los hombres también son víctimas de un sistema que los encasilla a particulares formas aceptadas de pensar y expresarse….. y eso nos daña a todos.
Que mejor que asimilar como hombres y mujeres un concepto de feminismo en el que como parte de nuestro desarrollo y evolución integramos nuestra esencia femenina en nuestro diario actuar, lo que en la práctica se traduce a mostrar más empatía, más escucha, más apertura, usar nuestra creatividad, encontrar nuevas formas de servir, cultivar un espíritu de colaboración más íntegro…. menos individualidad.
En un contexto en el que apenas nos estamos recuperando de los drásticos cambios que nos provocó la pandemia, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania es una nueva excusa para mirarnos a nosotros mismos y preguntarnos:
Estas son las preguntas que me hago cuando la impotencia y tristeza acerca de la muerte de personas inocentes me acecha en el contexto de los conflictos Rusia-Ucrania… pero esto es sólo la punta del iceberg, está en nosotros crear nuevos paradigmas para relacionarnos.
¿Cómo puedo ser esa persona que no juzga, y que no intimida a otros que son minoría, o han sido desacreditados por su raza, etnia, posición socio-económica?……. ¿Te suena muy filosófico?, ¿Muy romántico tal vez?…. pues allí tenemos una oportunidad de revertir en nuestra cotidianidad nuevas guerras, nuevos atentados a la humanidad. Y aunque esta conversación podía lucirte exclusiva para mujeres, si llegaste hasta acá te felicito porque es una conversación apta para todo “Ser Humano”.
Maru García Marín
Coach, Mentor y Trainer en Gestión Emocional y Liderazgo