¿Aceptas lo inesperado?

¿Embarazado con proyectos?

Diseñar un plan.

Pensar o soñar en lo que deseas.

Prepararte para contribuir a que las cosas sucedan como lo imaginaste.

Pedir ayuda.

Consultar con expertos.

Estas y otras iniciativas son acciones comunes para todos quienes queremos asumir el liderazgo de cambios personales o profesionales.

Estar a 2 semanas de la fecha de nacimiento de mi bebé y encontrarme viviendo en California (cerca de Berkeley), sin duda ha reforzado mi postura para asumir la maternidad y nacimiento de mi hijo más como un fenómeno natural  y menos como un procedimiento médico.

En los últimos 5 meses he compartido con un grupo de mujeres estupendas el deseo de usar técnicas naturales para el manejo del dolor en el nacimiento de nuestros hijos, y sustituir el posible uso de medicamentos o anestesia por la generación de estados de relajación que creen de manera natural en nuestro cuerpo la droga que facilita el proceso de parto.

El mantra para la mayoría de las mujeres embarazadas con las que compartí terminó siendo: “Confía en tu cuerpo, tu tienes la sabiduría necesaria para tener a tu bebé”.

Para lograr lo anterior, vencer la cultura del miedo (lamentablemente muy fijada en el modelo médico convencional), es el primer desafío de quienes elegimos el camino de un parto natural. Escuchar los deseos de mujeres para confiar en sus cuerpos, y trabajar en equipo con sus bebés de manera que estos puedan nacer  a su propio ritmo, no siempre resultó como estaba planeado. Aquí algunas historias:

  1. “Tuve más de 30 horas de parto y terminé teniendo una cesárea”.
  2. “Nosotros después de tanto estrés y dolor no encontramos razón para no usar la anestesia peridural (raquidea)”.
  3. “Mi deseo de no ser una paciente y participar en la toma de decisiones me puso en un campo de batalla con los procedimientos del hospital para que me escucharan en lo que necesitaba”.

Estas y otras anécdotas me hacen estar más consciente de lo frágil que puede resultar elaborar un plan de nacimiento para tu bebé, especialmente cuando las cosas no resultan como las planeaste porque pueden surgir necesidades especiales para ti o para el bebé.

Utilizar como símil el nacimiento de un hijo a lo que nos pasa con el nacimiento de un proyecto profesional o de negocio, me invita a ver como punto de encuentro lo importante que es conocernos en nuestro propio estilo para tomar decisiones y entender el rol que juegan no sólo la calidad de nuestros pensamientos y emociones para tener un resultado exitoso, sino también nuestra capacidad de estar abiertos y conectados al presente para observar lo que la vida nos presenta y cambiar de rumbo si así resultara necesario.

Algunas interrogantes que desde esta experiencia de la maternidad quiero traer al escenario de “atrevernos a desarrollar y hacer nacer proyectos personales o profesionales” son:

  1. ¿Qué tan humilde soy para aceptar que en todo momento  la vida se manifiesta para informarme sobre como puedo seguir más allá de mi plan maestro?
  2. ¿Partimos de la confianza de escucharnos y funcionar en armonía con lo que nuestra intuición nos dice?
  3. ¿Invertimos la misma cantidad de energía en pensamientos positivos o en imaginar el logro de lo deseado versus el planear o actuar para evitar el fracaso (resultado indeseado)?
  4. ¿Nos dejamos influir fácilmente por recomendaciones fatalistas, o peor aún, nos sobre-exponemos a información sobre intentos fallidos o fracasos en lo que deseamos?
  5. ¿Cedo o delego de forma ilimitada mi capacidad de toma de decisión a quienes considero o se consideran expertos en el tema que me ocupa?

Mantenernos abiertos a aceptar que nuestros planes pueden no manifestarse  como los diseñamos, nos permitirá no sólo acercarnos a mejores resultados, sino también hacerlo en formas que benefician nuestro estado emocional. Tener la agudeza para determinar cuando guiarnos por nuestra alta orientación a que las cosas sucedan a nuestra manera, y cuando permitir que se manifiesten a su propio ritmo es sin duda una de las habilidades maestras de todo líder.

En ti están las preguntas, en ti están las respuestas.

Tú tienes la capacidad de tomar las decisiones que mejor te convengan.

Tú tienes el derecho a cambiar de rumbo cuando te sea necesario.

En ausencia de soberbia por creernos conocedores de todo, tú puedes desarrollar la maestría de ser el creador de tu destino.

¡Éxitos!

Maru García Marín

Coach, Mentor uy Tariner en Gestión Emocional y Liderazgo

1 Comment


momma
1 septiembre, 2016 at 1:09 am
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