Ser reactivos, desbordarnos emocionalmente o implotar ante situaciones en las que nuestra lógica nos dice “no es para tanto”, puede ser un mecanismo de supervivencia conectado a una experiencia de la niñez que generó una huella emocional intensa o trauma.
Democratizar el significado de la palabra trauma es abrirnos a entender que no sólo está asociado a experiencias de catástrofes naturales, violaciones o accidentes dramáticos y repentinos…… ¿qué cruza tú mente cuando piensas en trauma?
¿Es la palabra trauma muy fuerte para ti?
Para mí el trauma está asociado a una emoción o impresión fuerte que produce un daño duradero y se origina en una experiencia de miedo de alta intensidad, o se relaciona con eventos y circunstancias en las que nos sentimos incapaces de manejar un peligro real o potencial.
Trauma es toda experiencia que sin importar su visible nivel de daño, registramos internamente como una amenaza que lastimó nuestro sentido de seguridad y bienestar, y que en el presente limita de manera consciente o inconsciente nuestra libertad de acción.
Tropezar una y otra vez con la misma piedra habla de patrones…. Y los patrones se crean en nuestra infancia y se sostienen en nuestra vida adulta.
Dado que nuestro concepto de trauma por lo general es limitado, las posibilidades de romper en nuestra vida adulta con patrones que no nos son útiles se vuelve una compleja misión.
Sobre-reaccionar o responder con pobre tolerancia de manera constante y repetitiva ante desacuerdos, imprevistos o dificultades, puede ser una invitación a re-descubrir viejas heridas no conscientes, traumas de crecimiento o historias asociadas a:
Las mencionadas… Son todas experiencias que tienen el potencial en su lado luminoso de forjar nuestro carácter, sin embargo, también tienen el potencial de afectar nuestra calidad de vida y estabilidad emocional como adultos si no hacemos un trabajo consciente para re-escribir la historia y re-programarnos.
Sentirnos no escuchados, vistos o reconocidos en nuestros deseos y necesidades, suele ser una experiencia humana que más tarde que temprano todos experimentamos, y según nuestra personalidad y particular sensibilidad puede hacernos más capaces o menos capaces para responder a los desafíos del vivir.
“Si continuamos cargando los ladrillos de eventos e historias pasadas, terminaremos construyendo la misma casa”. Anónimo.
En mi siguiente publicación compartiré estrategias que pueden ayudarte a re-programar y sanar experiencias de trauma que limitan nuestra libertad de acción.
Y recuerda…. trauma puede estar asociado a tú dificultad presente para hacer un cambio o para darle la vuelta a una situación recurrente y frustrante en tú vida….. y la buena noticia es que se puede sanar y re-programar.
Si estas reflexiones te fueron útiles… déjame saber en la sección de comentarios aquí abajo.
¡Éxitos!
Maru García Marín
Coach, Mentor y Trainer en Gestión Emocional y Liderazgo
Gracias,me sentí muy identificada,me hizo pensar en muchas cosas y me ayudo mucho leerlo.
3 Comments
Muchas gracias por este articulo,me senti identificada con el tema y esta información me ha hecho entender y reflexionar varias cosas
¡Hola Rosa!…. me alegra que haya encendido la reflexión. Mi deseo es que des los pasos que tú corazón te indique para observar con otros ojos eventos que nos marcaron (como todos tenemos)…. y que haya sanación.