Para quienes crecimos en lugares privilegiados (en mi caso en Venezuela), convivir y compenetrarte con personas de ascendencia asiática, árabe, europea, afroamericana, norteamericana … y en definitiva de todas partes del mundo…. era parte de mi normalidad.
Crecí en un país multicultural, lo que no quiere decir que no exista o haya existido la desigualdad, sin embargo, segregar y condenar por tú color de piel no es algo que experimenté nunca en formas tan penosas como lo presencié en otros países en los que he vivido.
Ver el sufrimiento de una comunidad entera que es atacada de manera injusta por su color de piel en un país considerado como evolucionado (Estados Unidos), es vergonzoso y surreal.
Los recientes y visibles actos de racismo en los Estados Unidos, son un llamado a que defendamos y reclamemos “todos”, nuestra humanidad…. y que nos preguntemos qué significa realmente “Ser Humano” en estos tiempos.
Creemos ese espacio seguro en nuestro interior que nos permita sanar, trascender y evolucionar la opresión, daños y dolor sufridos por personas a quienes se les irrespetó en su humanidad.
Escuché ayer reflexiones que resonaron mucho para mi sobre este tema por el autor Marcus Buckingham en su cuenta de instagram:
¿Cuál es la salida?
Aunque suene romántico para mí la salida es el amor…
Amor propio expresado a través del auto-conocimiento, deseo y voluntad para sanar heridas presentes y ancestrales…
Amor hacia otros, hacia la naturaleza…. hacia las personas.
Compasión que nos recuerde nuestra humanidad y fragilidad.
Reconocer que no somos entes aislados y que lo que te pasa a ti, me afecta también a mí, es más vigente que nunca y es la demostración más contundente de que no podemos silenciarnos ante situaciones de gran injusticia.
Nuestra humanidad nos demanda ahora más que nunca el que seamos proactivos en mostrar nuestras posturas y rechazo a todo aquello que nos daña como especie.
Crear un lugar seguro y amoroso dentro de nosotros, es mi camino favorito para lograr ofrecer lo mejor a otros y mantenernos con una mirada menos prejuiciosa a todo lo que nos rodea.
Con amor,
Maru García Marín
Coach, Mentor y Trainer en Gestión Emocional y Liderazgo