El verano está en su ocaso, y la experiencia de la pandemia ha permanecido en nuestras vidas ahora por más de un año y medio.
Limitar viajes por pandemia, y por otros motivos que más adelante compartiré, implicó un gran estiramiento y radical cambio en mi estilo de vida.
Desde los 25 años y prácticamente hasta que me embaracé a la edad de 40, una constante en mi vida habían sido los viajes por trabajo y por placer.
La pandemia con sus dulzuras y tensiones, me impulsó a hacerme esta pregunta: ¿Qué hago con mi espíritu viajero e inquieto ahora que toca estar en un mismo lugar?…. ¿Cómo me relaciono con la angustia/ansiedad de anhelar ir a lugares o estar sobre un avión?
Aunque puede que esta experiencia no necesariamente calce con tu estilo de vida pre-pandemia, sospecho que al igual que yo, cambiaste rutinas, soltaste expectativas, y como resultado conservas una mínima dosis de flexibilidad y apertura ante lo desconocido que te permite seguir viviendo lo más cercano posible al bienestar, y lo más alejado posible al miedo ¿estoy en lo correcto?
Sumergirnos en nuestro mundo emocional para descubrir cómo se viven los duelos, significa darnos el permiso de entristecernos y enojarnos por aquello que sentimos o creemos perder…. y es justo esto lo que considero el mayor regalo y aprendizaje “aún en curso”, dados los drásticos e inevitables cambios de vida.
Sentir que mi creatividad y optimismo es puesto a prueba, ha sido la constante en los últimos siete meses. En el pasado una de las herramientas que con mayor facilidad me ayudaban a traer dosis de entusiasmo y variedad a mi vida, habían sido el viajar, explorar nuevos lugares o emocionarme con la idea de lo desconocido…. Y gracias a la pandemia alcancé a hacerme estas preguntas:
¿Si me emociona tanto lo desconocido porque me resisto y peleo con los imprevistos?…… ¿por qué lo nuevo que me muestra la vida no despierta siempre el mismo entusiasmo que un itinerario de viaje?…. (esta última es una pregunta idealista…. pero válida ¿no?).
La respuesta es que hay una, y sólo una cosa que se interpone entre mi pasión por lo desconocido y mi capacidad de vivir nuevos y repentinos reveces de la vida con aceptación y optimismo… se llama “Necesidad de Control”.
Reconocerme como un alma viajera, y estar abierta a ver tanto su lado luminoso, como su sombra, ha sido y sigue siendo la mejor forma de auto-conocimiento en estos tiempos.
Imaginar mi existencia perteneciendo a un mismo lugar por mucho tiempo no me es sencillo, pero esa es sólo una capa externa del asunto, la capa interior es mucho más jugosa y nutritiva, y la resumo en el acto de hacer más conscientes y aventureros mis viajes interiores.
Las siguientes son todas experiencias de viaje, y si somos lo verdaderamente aventureros; atrevernos a vivir este itinerario nos llevará a lugares maravillosos:
¿Lo más importante de esta publicación?…… son las preguntas que ahora mismo te haces, no importa si te consideras un viajero empedernido como yo o no…. Las verdaderas e inevitables preguntas son:
¿Te dejas guiar por el itinerario de la vida?
¿Cómo vas con tu viaje interior?, ¿tiene itinerario?
¿Ya le diste nombre a los territorios que estás explorando?, ¿ya sabes cuáles te gustan más y cuáles lugares tiendes a evitar?
Me encantará saber si esta reflexión resuena para ti, y que me dejes tus comentarios aquí abajito.
Continuaré con estas reflexiones en mi siguiente publicación.
Maru García Marín
Coach, Mentor y Trainer en Gestión Emocional y Liderazgo
2 Comments
me encontré con muchos duelos sin resolver. decaído sin motivaciones muy similares a mi entorno familiar cercano. ya ellos murieron mamà y papà. esta pandemia me reencontrò con mi mismo y casi me doy cuenta que tengo esos juicios que tenían ellos de abandonarse, de deprimierse. Me cuesta ser ese soñador que era. Ya me cuesta creer en algo nuevo. No se que me pasa mucha tristeza que trato de esconder pero no se puede. estoy muy desmotivado. quiero estar bien. No se como sustentarme economicamente y si podre ser mi sustento. ahora vivo con mi pareja que està a cargo de muchas cosas. y yo renunciando a un trabajo que me daba dinero pero me sentia muy infeliz.
“Porque te amo te sigo”… “porque te abandonas yo me abandono”… Son las frases que vienen a mi con tú relato Daniel. Estás en una noche oscura y aunque no estés viendo salida estás sanando. Los duelos no se sanan desde la alegría, sin embargo, por todo lo que describes tengo la intuición de que esto no se trata sólo de los duelos pendientes, también estás siendo invitado a cortar con lealtades a tu linaje en donde estar triste o deprimirse luce como lo esperado. Es tu momento para cortar esa conexión…”Porque me amo, me libero de los dolores que no me pertenecen”.