El principio número uno compartido en mi anterior publicación se tituló, “Primero el cuerpo, luego todo lo demás”….. puedes usar tú creatividad para imaginar de que se trata, o darte ahora mismo un clavado en mi publicación aquí.
El segundo principio ganador en mi experiencia para fijar metas que luzcan no sólo deseables sino también inspiradoras dice así:
Hablar de deseos nos coloca en el terreno de nuestras emociones, y es justo una experiencia emocional la que inconscientemente perseguimos cuando decidimos arrojarnos a cumplir una meta o sueño.
Por ejemplo, al tener el sueño de explorar rincones del mundo a través de viajes de aventura, la meta podría resumirse a “viajar”, lo que en sí responde al deseo de experimentar ciertas sensaciones y estados emocionales tales como la frescura de la “variedad”, la efervescencia de “sentirte libre”, y por último y no menos importante en mi caso, el “saciar mi adicción a nuevos aprendizajes”.
Cuando hacemos conscientes las emociones, valores o experiencias que estamos honrando y persiguiendo al fijar una meta, podemos elegir no sólo con más conciencia nuestros proyectos, también nos ayuda a hacer el viaje de lograr la meta más placentero tomando decisiones en el presente que tengan el potencial de provocarnos hoy mismo una gratificación similar o hasta igual al acto de completar la meta en sí misma.
En mi caso, planificar actividades recreativas diversas que incluyan arte, paseos al aire libre, o visitar nuevos lugares en los alrededores de la ciudad donde vivo, son elecciones fáciles de tomar en mí día a día, y que tienen la fuerza de recrearme la vivencia de un viaje…. sólo que sin tomar un avión (mi forma favorita de viajar).
Adentrarme a entender el motor que impulsa algunos de mis sueños y metas ha sido sorprendente y liberador.
Sorprendente porque generalmente lo que queremos puede estar en nuestras narices con un poco de creatividad, y liberador porque no es indispensable como condición a lograr nuestras metas privarnos de gratificaciones asociadas a ellas.
La experiencia de sentir nuestros deseos puede convertirse en algo lujoso cuando lo colocamos frente a las interminables listas de pendientes de la vida cotidiana, o frente a la propia censura que imponemos a todo aquello que nos aleja del terreno conocido o atenta contra lo que se siente seguro en el presente.
Conectar con mis deseos es un arte que se fundamenta en la virtud de “atreverme”, pero por sobre todo de profundizar en mis sueños para descubrir ¿Cuáles son las verdaderas emociones o sensaciones que quiero experimentar con esta meta? ¿Qué es lo que realmente estoy buscando gracias a esta meta?
Me encantará leer las respuestas a estas preguntas aquí abajo, y conocer cómo esta perspectiva nutre tú motivación y deseos de ponerte en acción para lograr lo que anhelas.
Desde mi Poder y Magia a la tuya,
Maru García Marín
Coach, Mentor y Trainer en Gestión Emocional y Liderazgo