¿Femenino o Masculino?

Mientras observaba la semana pasada el último debate entre los dos candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, con cada participación de Donald Trump mi cuerpo se encogía, mi estómago se tensionaba y mi corazón de arrugaba.

La poca capacidad de escuchar y el abuso de comentarios descalificativos no puede describir ni posicionar a ningún líder, y hoy menos que nunca puede representar a las esferas políticas donde se deciden temas que nos afectan a todos.

El momento único que vive el mundo “Reclama” de cada ser humano que se haga cargo de sí mismo, de vivir valores humanos, de cuidar su salud, de pensar en comunidad, (me veo y veo a otros), y lo que juzgo más importante que este momento nos demanda es que “aprendamos a equilibrar en nuestro interior la fuerza femenina y masculina”.

Forjar nuestra confianza en el desarrollo de un bienestar superior con base en estructuras fuera de nosotros (política, dogma religioso, método de desarrollo  salvador y único), es un modelo no sólo quebrado, sino obsoleto.

Ahora bien, independientemente de la política, entregar ciegamente nuestro libre albedrío a personas, sistemas, credos o ideologías que prometen resolver hasta las últimas de nuestras inquietudes…….. te hará indeciso, desconfiado y sobre todo esclavo de una promesa que puede nunca llegar, o que corre el riesgo de mantenerte en el filo del abismo dado que no está bajo tu control.

“Lo único que está bajo tú control eres tú…… y aún así…. es algo que puedes lograr sólo con esmerada dedicación a tu persona y con la disciplina de vivir en auto-observación constante”

Estar en comunión con nosotros mismos y auto-observarnos implica:

  • Escuchar nuestro cuerpo.
  • Escuchar nuestras emociones (no bloquearlas o negarlas).
  • Distinguir en nuestras conductas cuáles son mero acondicionamiento social, o herencia familiar (sin filtro), versus las que están porque las hemos elegido conscientemente…… por cierto, a esto último se le llama madurez.
  • Cultivar practicas que alimenten nuestra paz, y hacer el trabajo de descubrir cuáles son esas prácticas que funcionan para ti.
  • Y puede seguir…. y seguir la lista.

 

El momento que vive la humanidad invita a hombres y mujeres a mirarse, y al hacerlo lograr balancear y danzar en armonía con las fuerzas femeninas y masculinas.

Mucho se dice que los grandes problemas del mundo están relacionados con un liderazgo 100% masculino.

Tal como lo decía Carl Jung: “Cuando lo masculino y femenino se polariza en cada persona y está atado a un rol social y cultural, el ser humano vive con su potencial limitado”

En todo hombre hay fuerzas femeninas y en toda mujer hay fuerzas masculinas…. y yo me pregunto:

  1. ¿Qué está haciendo el género masculino para dirigir su vida y tomar decisiones más conectado con su esencia femenina?
  2. ¿Qué está haciendo el género femenino para recuperar su feminidad y honrar nuestra sabiduría ancestral más allá de cumplir con estándares sociales de éxito (que invitan a lo masculino en desmedida)?

 

“Cuando una mujer sacrifica su feminidad en miras a lograr éxito, está desconectándose de su mayor fuerza…. la fuerza creativa que nace de la intuición, el misterio y la magia de quién da vida”

 

Los liderazgos que requiere el mundo demandan compasión, conexión emocional, empatía, sensibilidad, amor…. todos atributos de la energía femenina.

Si eres mujer que me lees: ¿Qué es ser mujer femenina exitosa para ti?, ¿Qué estás haciendo para vivir tu vida honrando tu fuerza femenina?

Si eres hombre que me lees: ¿Qué significa para ti como hombre usar tu energía femenina?, ¿En quién te convertirías como persona una vez que escuchas tu fuerza femenina?

OJO, he usado indistintamente la palabra energía o fuerza como descriptivo de todo aquello que nos impulsa y es motor que orienta nuestro comportamiento.

Te espero en los comentarios aquí abajo…. este es un tema que me apasiona y en el que soy una estudiante continua por lo que disfrutaré muchísimo que me compartas tus reflexiones aquí en el blog.

¡Éxitos!

Maru García Marín

Coach, Mentor y Trainer en Gestión Emocional y Liderazgo

1 Comment


Omar Landaeta
6 noviembre, 2016 at 8:42 am
Reply

Aquí vienen a mi mente varias cosas:
Primero: Cuando entendemos que el otro tiene fuerza y poder, tanto como yo, la relación fluye y juntos podemos lograr grandes cosas. Antes que descalificar a alguien, prefiero trabajar con nuestros puntos en común y juntos ir construyendo situaciones poderosas.

Segundo: No me gusta entregar el poder de solucionar a otras personas, porque pierdo mi esencia y bloqueo mis habilidades. No me gusta depender de lo que otro pueda hacer por mí o por los míos. Creo en el empoderamiento y lo practico. En la misma medida en que asigno y me asignan responsabilidades, tengo motivos para seguir trabajando y mostrar resultados.

Tercero: En cuanto a lo femenino que pudiera despertar en mí, definitivamente, sería la capacidad que tiene mi esposa de hacer muchas cosas al mismo tiempo y hacerlo bien. Definitivamente, el complemento mujer-hombre / hombre-mujer es perfecto, ideal, invencible.

Cuarto: No quiero opinar de política en tu Blog pero, cuando oigo a Trump recuerdo aquella canción de Franco De Vita que dice “juro que esto ya lo había vivido” …

Hasta un próximo encuentro. ¡Un abrazo fuerte!


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