¿Cómo vives los cambios?

Meses atrás conversaba con un cliente sobre futuros proyectos, y me  pidió que le compartiera mi disponibilidad de fechas para facilitarles algunos cursos. Luego de darle algunas opciones me dice: “Bueno quién sabe que cuando ya seas mamá no querrás trabajar más”. El comentario lo sentí fuerte, tanto como mi voz interior diciéndome nada que ver…. yo seguiré trabajando”, sin embargo, dado que nunca antes había sido mamá no me sentía capaz de asegurar ciegamente que su comentario quedaría descartado.

Luego de navegar una intensa labor de parto (ver mi artículo anterior “Ya soy Mamá”), y continuar ahora navegando el mundo de la lactancia (del que nadie te cuenta sus complejidades), mantenerme en sintonía con mis pasiones, entre ellas mi trabajo, es una parte esencial en mi vida.

Colocarte en el territorio de elegir entre tu trabajo o ser padre, creo que es una postura que por regla general nos creará conflicto. Las preguntas generativas en este caso son:

¿Cómo rediseño mis rutinas y prioridades?

¿Cuáles actividades necesito desatender o soltar?

¿A quién puedo pedir ayuda?

Si lo analizas bien, estas preguntas aplican para cualquier persona que se encuentre en una transición en su vida. La incorporación de un elemento nuevo en nuestro día a día nos aleja de lo cómodo y casi por regla general nos obliga a hacer reacomodos.

Un niño es un regalo maravilloso para el cual tienes tiempo de prepararte a su llegada (aunque es difícil sentirse listo), hay numerosas situaciones de vida que nos dan señales de que necesitamos movernos y hacer una transición a nuevas rutinas, nuevos hábitos, nuevas prioridades, pero por sobre todo asegurar que en este proceso no perdamos la conexión con nuestras pasiones de vida.

Leer, escribir en mi blog y mantenerme en contacto con algunos de mis clientes de coaching por email, es una versión light de la puesta en práctica de mis pasiones a través de mi trabajo. Tomar estas brevísimas pausas refuerza mi identidad y expande mi apertura y disponibilidad emocional hacia la labor de cuidar de mi hijo, lo que sin duda me hace mejor madre.

¿En qué manera me hace mejor madre?

La transformación física, emocional y psicológica que provoca el embarazo + las altas dosis de hormonas fluyendo, sin duda te hacen sentir en ocasiones como otra persona que no eres tú. Experimentar momentos de creatividad, compartir aprendizajes y sobre todo ser de ayuda a otros en muchas ocasiones me ayudó a recordar que “sigo siendo yo”, sólo que estoy en transición y se vale sentirse desorientada mientras numerosos cambios suceden al mismo tiempo.

Realizar un cambio es una experiencia que puede ser provocada por circunstancias externas tales como una pérdida, necesidades financieras no satisfechas, una mudanza……..o también por circunstancias internas, tales como el aburrimiento, problemas de salud, insatisfacción personal, baja autoestima, dificultades profesionales, entre otros.

Sea cual sea el origen que impulsa tu cambio, detenerte para re-conectar con tus verdaderos deseos, pasiones y necesidades es el puente que necesitas transitar para dar respuesta a las preguntas que tal vez hoy no sepas como contestarte, pero que sin duda sabrás hacerlo si aceptas que estás en un momento de transición y que tu puedes elegir en todo momento como quieres vivirlo.

En esta imagen muestro como he tomado ventaja leyendo en los momentos de lactancia de mi bebé (ahora que ya es una actividad menos dolorosa).

Déjame tus comentarios aquí abajo en el blog. Disfruto leerlos.

¡Éxitos!

Maru García Marín

Coach, Mentor y Trainer Gestión Emocional y Liderazgo

3 Comments


Melissa Cottin
14 agosto, 2016 at 2:50 pm
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Esto es real y verdadero sobre todo cuando desde pequeña estimas que ser mamá es un prioridad. Con la experiencia,dedicación exclusiva y absoluta que tuvo mi madre a 7 de sus hijos de los cuales 5 quedaron vivos, fué mi inspiración.
Cuando comencé a sopesar las posibles carreras, la que me animó desde el principio fué estudiar química o lo que tuviera que ver con ella, mi padre y la vida cambiaron mi destino. Estudiar en Caracas, Venezuela fué la siguiente opción. Así que entró Economía en la UCAB entre las oportunidades. En la medida que avanzaba la carrera, me gustaba cada vez menos. Al obtener el título comenzó una nueva carrera, poner en práctica los conocimientos. La pregunta de rigor; cual es el horario de actividad? 8 horas con 1 para almorzar.. La primera pregunta que llegó a mi mente: Y si soy mamá, cómo hago?
Cuando la Educación llegó a mi vida, encontré la respuesta, esto me permite ser profesional y mamá simultáneamente, llegó la solución.
Cuando comienza un nuevo reto, aparecen las soluciones o las personas que te permitirán hacerlo siempre y cuando con humildad lo reconozcas.
Aceptar, parar, observar, escuchar, dejar pasar, fluir…..


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    Maru García
    28 agosto, 2016 at 10:23 pm
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    Gracias Melissa por dejar ver un poco de ti y tu historia. Me alegra que creaste un camino que te permitió vivir la maternidad a tu gusto. ¡Éxitos!

Omar Landaeta
16 agosto, 2016 at 6:36 am
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Aparte de mi esposa, eres la segunda persona a quien le he oído o leído acerca de los momentos incómodos de la lactancia, lo cual no quiere decir que no sea un momento único para la madre y el hijo…
Por eso, mereces un ¡Hurra! ya que la mayoría de las mujeres que conozco, les parece una locura decir y/o aceptar que es un momento duro y hasta incómodo…
A los cambios debo darles la vuelta. Unos me cuestan más que otros, pero a todos les meto el pecho. Después de todo, para eso existe la adaptabilidad. debo ser consciente que no todo el tiempo las cosas son iguales y, por ello, mis actitudes no podrán ser las mismas.
Gracias a los cambios he descubierto fortaleza que podían estar adormecidas o, que no sabía que las tenía.
Por esto y más… ¡bienvenidos los cambios!

Un fuerte abrazo.


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